“Esto tiene que ser una broma”
Los enemigos continuaban siendo tres, si bien su “caballero”
no amenguaba en fuerza, ella no tenía la misma energía para mantenerlo por
tanto tiempo en ese lugar.
Invocando al caballero, teniendo su báculo y protegiéndose de
aquellas bolas de fuego que uno de los demonios mandaba contra ella..Era más
energía de la que había usado en los últimos años, ni siquiera cuando se encontró
con su hermana tuvo que esforzarse tanto.
Uno a cada lado, ignorando al que se encontraba detrás de
ella por la simple razón de que la armadura se encargaría de cubrir su espalda
debidamente. Whën ya se concentraba en concentrar su ataque de manera en que
pudiera dejarles inconscientes, listos para algún interrogatorio que su hermana
permitiera
-Oh kres…hace mucho que no utilizó esto- Una sonrisa
nerviosa y llena de adrenalina cruzó los labios de la castaña que ya se quitaba
el collar que solía portar la mayoría del tiempo. No debía temer de ser
interrumpida en aquella barrera temporal que servía como espejo a los ataques
que le intentasen golpear.
El collar significaba atadura, límites y control. Solo debía
cuidar el hecho de no sobre pasarse al haberlo dejado a un lado.
“Mantenlos vivos, mantenlos vivos, mantenlos vivos” Se decía a si misma ante la corriente de Plush que iba de un lado a otro como una carretera a toda velocidad.
“Mantenlos vivos, mantenlos vivos, mantenlos vivos” Se decía a si misma ante la corriente de Plush que iba de un lado a otro como una carretera a toda velocidad.
(El plush: Unidad
con la que se suele llamar a la energía, iniciativa de mi queridísima y adorada
partner y nombrada por ambas <3 esta patentada )
-¡LAIRY!- Gritó para calmar esos nervios y aflojar su cuerpo
al momento de poner ambas palmas sobre el suelo, dejando que enormes picos de
cristal brotaran del suelo a modo de domo y les encerraran a los 5. Formando
prisiones demasiado concurridas a cada lado de ellos y siendo demasiado
imprudente al haber quitado su barrera.

-Al menos estan vivos..- Sonrió con jubilo ante los vanos esfuerzos
que aplicaban los 3 reos contra el cristal –Es imposible~ esta cosa es “I-rrom-pi-ble”-
No se contuvo de presumir ante los pobres perdedores que la habían hecho sudar
e incluso, sangrar. –Fuego, metal y
tierra…que lo hayan hecho de forma tan a la par…- Decidió no indagar más en sus
deducciones, ese no era su trabajo.
-Ahora, solo tengo que ir a ver que pasa con los demás- Dejo que la punta de sus dedos rozaran contra
el frío metal de aquella armadura que usaba la sangre como motor. Dándole
permiso a retirarse y poder mantener el flujo de plush de forma estable.
>>Objetivo fijo, Pi-five (P-5), dispara.
>>Objetivo fijo, Pi-five (P-5), dispara.
Todo se volvió negro.
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Casi grito del fastidio al ver que no estaba tomándose en serio
aquella situación, en serio, ¿Con él
tenía que formar equipo?
“Trágate eso” Pensó
triunfante el lobo que sonreía mentalmente mientras esperaba que la gravedad lo
llevara al suelo para poder mantener el equilibrio de nuevo. Pero algo llamo su
atención, un brillo metálico que estaba en la nuca del gigante que disparo
directo a su hombro y le saco un chillido animal; sin embargo, eso no afecto su
recuperación de equilibrio
Lentamente la noche parecía absorber todo lo que les rodeaba
y la nieve que caía en forma de copos alentaba los pasos que ambas daban en
cada movimiento por esquivar o atacar a los enemigos que tenían frente a ellas.
Karen tenía ventaja al poder controlar el hielo, dejando que
pistas de este fino material fueran la base para que Edrev patinara con sus
pesuñas sobre el suelo y tumbara a los que blandían su espada contra ellas.
El más grande partió el hielo, dándole la oportunidad de
saltar y llegar a donde estaba su cabeza, clavando su lanza directo al pecho
del monstro que siguió moviéndose a pesar de la herida que sufrió por parte de
la peli verde.
─No importa cuántas veces les ataquemos, siguen moviéndose
Karen bloqueaba las agujas que la mujer le lanzaba cada que
se centraban demasiado en sus enemigos, dejándolas la nula opción de centrarse
solo en los grandotes que les estorbaban el paso y se estaban convirtiendo en
un verdadero dolor en el trasero.
Evaluaba la situación, los ataques inútiles que ellas
lanzaban contra los demonios que parecían no sufrir a pesar de que les daban
justo en donde su corazón se encontraba, la mujer que parecía tener un As bajo
la manga que se negaba a mostrar y la falta de tiempo que tenían.
“Moriré si continuo
aquí”
Esa oración atravesó su mente y el miedo natural que la
muerte causaba a un individuo fue lo que congelo sus piernas que ahora la
habían situado un poco lejos del campo de batalla. Observando de lejos como la
lanza de Edrev bloqueaba una de las hachas que tenía el sujeto que tenía pinta
de ogro y aguantaba lo que era un peso descomunal.
“No importa cuánto ataquemos, ellos no van a morir”
─ ¡Karen! ¡Congélalo!
“No importa cuántas
veces lo congelemos, ellos lo rompen...”
─ ¡KAREN! ¡RAPIDO!
“Solo vamos a morir
para nada. Tampoco es como si fuéramos gente importante”
─¡¡KAREN!!
Una sonrisa burlona se formo ante el miedo que se reflejaban
en los ojos de aquella espíritu que no parecía ser tonta
─Cuando acaben con ella, persigan a la rubia.
─¡¡¡KAREEN!!! ─ Edrev gritó al ver que su compañera
le daba la espalda y daba media vuelta para salir de aquel lugar a la máxima
velocidad que le permitían sus pies.
“NO QUIERO MORIR EN UN
LUGAR ASÍ”
Las agujas atravesaron la yugular de una traicionada joven
que tuvo sus palabras trabadas en su garganta. Usando sus últimas fuerzas para
huir también, no tan rápido como ella y siendo alcanzada por uno de los hombres
que la tumbo directo al suelo; obligándola a ponerse boca arriba y ver como esa
enorme hoja afilada era levantada por encima del hombro de su enemigo y el
cielo era manchado por esas enormes nubes negras que avisaban la llegada de una
tormenta.
─..Su alteza... ─ Las lagrimas se le escaparón al
recordar la sonrisa maternal de Kyou cuando la recibió por primera vez con los
brazos abiertos. Era cierto, cuando uno estaba frente a la muerte; los
recuerdos más importantes saltaban en menos de un segundo y te dejaban una
horrible sensación amarga en la garganta al saber que esa arma iba a terminar
con cualquier posibilidad de crear más recuerdos como aquellos.
─Mamá...- Soltó con una voz ahogada que reflejaba el miedo
que le provocaba la hoja cayendo sobre ella, el frío que azotaba con su rostro
como si fuera a quemarle, los dedos que se cernían sobre su garganta y en menos
de dos segundos todo desapareció y solo quedó la mancha carmesí de la sangre
manchando la nieve que una vez fue de un hermoso color puro.
─ ¡Muy bien! Déjala así, yo me encargare de limpiar la sangre y
hacer más limpio el corte. Vayan por la rubia, será parte de mi colección. ─
Sonrió emocionada mientras su cuchillo cortaba de manera limpia aquella piel
que iba separando lentamente e iba guardando en un congelador fácil de esconder
y transportar.
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La nieve era el único testigo que apreciaba aquellas manchas de
sangre que lentamente amenguaban con la belleza de aquel inhóspito lugar que
era el escenario de aquel ataque que sufría el que ahora intentaba quitar la
navaja que Orgen había clavado sobre su muslo y removía con violencia con el
único propósito de incrementar el dolor que recorría cada uno de sus nervios.
─….─ El de hebras oscuras no dejaba de apretar la herida que había
causado en su agresor, alcanzando a dejar que una sonrisa invadiera ese impertérrito
rostro.
Levanto su arma para acabar de una vez con aquella sonrisa burlona
que el asesino le estaba dirigiendo, como si todavía tuviera el valor o
decencia de poder burlarse a pesar de la posición en la que se encontraba en
ese momento.
─Orgen.
Su mano fue detenida por unos dedos ajenos al enemigo que tenía en
frente. Dejando de prestar atención a sus instintos asesinos que habían
amenazado con despertar de nuevo y dirigir su mirada a la que ahora le veía de
manera fulminante.
─Tienes mucho que explicar. Por ahora baja el arma y pon las manos
detrás de tu espalda.
─Pero.. ─ Volteó a señalar al enemigo que aun reposaba debajo de
sus manos y no pudo evitar sorprenderse al ver que no estaba la figura que juro
haber sostenido y atacado, en lugar de eso, se encontró con un Kei asustado que
sostenía la espada con la que bloqueo todos sus ataques anteriores e intentaba
apartar su mano del arma que había atravesado su muslo.
“¿Una
ilusión? ¿Desde cuando?” No le quedó de otra más que obedecer las
palabras de su reina que ya avanzaba con indicaciones a que le esposaran y que
curaran al exorcista que reposaba en el suelo. Adelantandose para poder
encontrar a los demás que estaban siendo atacados en diferentes puntos y darles
su respectiva indicación.
Todos creyeron que se habían encaminado a un día nublado, no al
inicio de una terrible tormenta.
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“Es un enemigo del que
puedo encargarme yo solo”
─¡¿Qué paso con lo que habías dicho antes de que esto
pasara?!
─ Exigió saber el lobo que ahora esquivaba de manera veloz aquellas enormes
piedras que el gigante lanzaba en contra de ellos. Era todo un problema que
tuviera varios brazos, no dejaba muchos puntos libres a golpe limpio. ─Whën fue
muy clara en decir que no intentáramos trabajar solos─ Le regaño casi enojándose
por la risa que soltaba el que poseía aquellos cuernos de toro.
─Tienes razón, lo siento, la verdad me emocione. Hace mucho que no
tengo una pelea que realmente valga la pena como esta. ¿Tienes algo en mente?
Podían hablar en cada momento en que cruzaran su camino al
esquivar las molestas piedras, reuniéndose en un punto por tan solo 5 segundos
antes de que la piedra golpeara contra el suelo y les diera unos cuantos
raspones por la tardía respuesta en esquivarlo.
─Tú podrías encargarte de sus brazos y yo adelantarme a atacar su
rostro─ Argumento el lobo que estaba de más mal humor por la sonrisa tan
relajada y confiada que tenía el mayor. Sabía que podía ser fuerte pero igual
le molestaba la sobre carga de confianza cuando solían mostrarla.
─Me parece bien. ¿A la cuenta de tres?....TRES

Espero de forma paciente a que Seth pudiera crear una debilidad,
una oportunidad en la cual pudiera atacar de forma inmediata, al rostro de
aquel gigante monstruoso que no paraba de lanzar ataques en su contra.
Esperando ese momento justo que llego pocos segundos después de que Seth fuera
hacía el enemigo y dándole la oportunidad perfecta para que fuera a toda
velocidad a lanzar aquel fuego helado directo a sus ojos, dejando que una
segunda llamarada cayera en la boca y al girar de forma brusca pudo atacar sus oídos.

─¡Seth! ¡Hay una persona en la nuca del gigante! ─ Le grito
mientras la caída del monstruo provocaba un ensordecedor desorden en aquel
bosque decorado de arboles enormes que iban cediendo lentamente al peso ajeno
que los obligaban a recostarse por completo en el suelo.
Ambos se apresuraron a ir a donde se encontraba la cabeza de su
agresor, encontrándose con puro vació y restos quemados del gigante colosal que
expulsaba sangre por las zonas heridas.
─¿Estas seguro?
─Estoy completamente seguro ¿Me tomas por loco? ─ Bufó molesto al
tiempo que tronaba sus fauces a modo de queja por la duda que le revelaba a sus
palabras. Interrumpiendo sus propias molestias al escuchar los pasos de un
tercero y encontrarse con la hermana de su benefactora, bajando la cabeza de
manera automática e instintiva al igual que Seth.
─Acompáñenme─ Les indico en seco y sin decir nada al respecto de
su batalla o su victoria, eso solo significaba problemas para ellos. ¿No?.
Cada uno fue guiado a parte para poder llegar al punto de reunión,
esperando indicaciones que eran dadas por su reina que les daba las malas
noticias; del hecho de haber desobedecido, el fracaso de no poder encontrar
información, la agresión a uno de los que habían estado patrullando y el
tratamiento de emergencia que a Whën le habían sometido ante la herida que
había sufrido. Pero lo que dejo a todos atonitos, era la perdida que habían
sufrido. Sin poder preguntarle a Karen sobre lo sucedido o quien fue el
culpable pues tenía una expresión de miedo en sus facciones.
¿Edrev había muerto? ¿Cómo? Pero más importante ¿Por qué se
estaban provocando estas perdidas?
Kyou tenía que convocar una junta general e informar de todo eso a
las ciudades, ya no era algo que pudiera mantenerse en secreto si el enemigo
era lo suficientemente fuerte para dejar a su hermana en ese estado y acabar
con una de sus aliadas más importantes y queridas.
No, definitivamente ya no era algo que pudiera ocultar aún si el
consejo se oponía a su decisión.