domingo, 5 de abril de 2015

Un paseo matutino




¿A qué se le podía llamar un paseo matutino?

Puede que a esas pisadas que guiaban a uno por aquel espeso bosque que ayudaba en la relajación de uno mismo, en encontrar algún rincón de paz en el que se aislaban del mundo para concentrarse en sus propios problemas o en sus propios oasis de relajación que uno guardaba en algún rincón olvidado de su mente estresada.

No había una respuesta a ciencia cierta de lo que podía ser algo tan banal como un simple paseo, para las desvariaciones de diferentes personas que mantenían una mentalidad diferente a la de los demás, pero en lo que se refería a Keegan, para él un paseo matutino era el despertar a más tardar las 6 de la madrugada por acto propio; una rutina que parecía más costumbre que obligada:
Cepillarse los dientes, cambiarse a ropa cómoda, desayunar algo ligero y salir a trote ligero por aquel camino que su padre solía recorrer por las noches en vela por culpa del insomnio. Caminar poco más de medio kilómetro para llegar a un claro del bosque despejado donde lo esperaba una enorme pantera de color tan negro como el carbón pero la cual afilaba su mirada al ver que profanaban esa guarida era perpetrada más nunca en busca de atacar.

-Hoy mamá dijo que haría sopa de fideos con bistec asado pero creo que podrás pedirle alguno crudo…Caiden salió con sus amigos entonces- Sus palabras fueron interrumpidas solo por aquel movimiento limpio y elegante de la pantera que descendía a su posición y tomaba aquella forma algo intimidante, pero finalmente humana, ante él. –No creo que llegue temprano. Yo quiero salir a jugar con Billy ¿Lo recuerdas? El hijo varón de la tía Julietta, van a venir a comer-

Hiroel no respondió a ninguna de sus palabras, simplemente se limitaba a escuchar con atención, centrarse en intentar leer los labios de uno de los pocos seres que aún intentaban apelar a su lado humano y simplemente le sonrió ligeramente al entender un poco a que se refería. Comenzando el camino de regreso a casa sin intercambiar alguna palabra entre los dos pero, eso sí, se presentó una invitación del mayor a que ambas manos se estrecharan al dejar colgando su mano a plena vista de un Keegan sorprendido que no dudo en adelantar sus pasos para tomar la mano de su padre y caminar a su lado.
Caiden podía decir lo que quisiera de que su padre se volvía más una bestia salvaje o que no tenía ninguna oportunidad de volver a ser el de antes…Pero él creía en las palabras de su madre, en esas que le daban ánimos a seguir conviviendo con aquel angelical espíritu que si bien dejaba de tener sentido de socializar, al menos el cariño que sentía por los demás no se alejaba ni un centímetro de su alma.

-…Jugar

-¡! Sí.. Quiero ir a jugar con Billy- Al tener de nuevo la atención de su padre a su favor, aprovecho que le era más fácil leer sus labios que escuchar sus palabras -¿Es malo?- Hiroel negó con la cabeza –Es que…los chicos a veces no pueden jugar con él y no creo que sean malos, pero si quisieran jugar con el creo que podrían hacerse de algo de tiempo para pasar con el… ¿Por qué crees que sean así con él?

Este era un secreto bien guardado entre ambos, Keegan era mucho más hablador con su padre.

-…Julietta- Hiroel hizo una larga pausa tras decir ese nombre, sin dejar de caminar o ver su entorno, por un momento se pensó que eso era lo único que saldría de su boca y justo cuando Keegan iba a intervenir fue que termino de hablar –Es buena persona, a veces. A veces y con muy poca gente. Pero es buena.

-…¿Es tu amiga?- La curiosidad en el emergió al notar que se notaba más animado al hablar sobre aquella misteriosa pelinegra que había conocido solo de vista y la cual parecía tener mala racha con la mayoría que hablara sobre ella. Y es que Hiroel solo hablaba “tanto” cuando se trataba de:  sus hermanos, su madre, su padre o en ocasiones Misaki.  Y la curiosidad no amenguó tras ver la sonrisa que sacaba de su padre.

-Se podría decir.

-Bueno…


De una u otra forma, podría preguntarle a su madre sobre el asunto, porque si solo era una amiga no debía haber problema en hablar sobre el tema libremente. ¿No?

Ese tipo de platicas banales o nostalgicas, siempre lograban emerger de aquel duo silencioso que caminaba de manera animada, por el camino que recordaba sus pisadas.

viernes, 20 de marzo de 2015

Una morbosa obra de arte

-Oye Lin- Triztan terminaba de acomodar los libros que habían sacado para poder hacer los deberes que Miguel les había encomendado pero no estaba muy concentrado en su labor, había un asunto que llamaba su atención y le gritaba a que mirara a otro lado de lo que hacía.

-Ese libro no va allí- Le aconsejó con esa tranquilidad que se estaba ganando conforme su confianza crecía al estar en aquel lugar. Nunca creyó que se acostumbraría tan rápido, pero al parecer se estaba subestimando con creces. -¿Qué sucede?

-..Bueno. Tú madre es Whën ¿no?

-Yo la considero más como una tutora. La que más se comporta como madre de todos es la reina Delailah... Pero no me quejó- Se encogió de hombros mientras Triztan buscaba la forma de continuar el tema ya desviado

-Bueno… ¿Cómo está?- Lin dejo su tarea de acomodar los libros en los diferentes estantes que Koorü le había aconsejado. Dejando caer en seco su mano cansada por el trabajo y mirando a su compañero con cierta melancolía que no podía ser escondida a pesar de la seriedad que portaba

-Aún no despierta. Cuando llego me dijeron que estaba en estado grave y que era un milagro que siguiera viva, al parecer absorbió el impacto con sus cristales que utilizo como escudo, pero no pudo reaccionar tan rápido como para esquivar el ataque.

-….- Oh, quizá no había sido una buena elección de tema para conversación. Piensa Triztan, piensa en que podía poner de buen humor a aquella pelirroja que ahora intentaba entretenerse con la tapa de un libro – ¿Quieres ir a dar una vuelta por la plaza?- No, allí había mucha gente y a Lin le estresaba –Es decir al bosque...- No, allí no había nadie y podía verse sospechoso. Oh rayos ¿Por qué era tan malo en pensar rápido?

-En realidad quería ver la nueva fuente que están construyendo en la plaza de la colina.- Pero Lin no podía culparlo de intentar distraerse, le daba algo de gracia la forma en que el rubio intentaba enmendar sus errores pero no creía que fuera algo del otro mundo por lo que debiera estresarse. –Iré por mis cosas. ¿Vas?

-¡Por supuesto!- Salvado, por el ingenio femenino.




-¿Aún no encuentran al culpable?- Delailah frunció el ceño al escuchar las malas noticias que le proporcionaban, pensando que era por incompetencia, pero intentando calmarse al ver que estaba asustando a sus subordinados -¿Qué tienen hasta ahora?- Bien, al menos necesitaba algo, algo que la distrajera de todas esas trabas que se le estaban metiendo a los tres y que no parecían dar tregua o seña a amenguar.

-Sí, tenemos a 34 sospechosos su majestad- El soldado se pensó dos veces el seguir hablando al notar que su reina se crispaba ante la cifra y que ni así, tenían a un culpable -…Muchos de ellos afirman ser los que cometieron la agresión, pero nos hemos topado con algunos principiantes que simplemente se regodean de esas fechorías para resaltar e intentar armar una revolución. La mayoría no son más que un puñado de gente que está en contra del proyecto interracial e intentan alzar la voz a través de estos actos vandálicos, tales como: robo, asalto a mano armada, desordenes en lugares públicos e incluso daño a propiedad de algunos miembros del consejo-

-Por las propiedades no te molestes. Quiero que se centren en aquellos “principiantes” que se muestren más burlones pero que den menos detalles-

-¿Por qué? Si me permite opinar su majestad, no vale la pena perder nuestro tiempo en ellos-

Por un momento a la reina de los espíritus le dio un tic nervioso de solo recordar las palabras de Binzuru:

“Debe haber gente arrogante entre los agresores. Gente que se atreva a venir en primera fila a ver lo que sus acciones provocan pero que se rían en tu cara sin que te des cuenta”

-…¡SOLO HAZ LO QUE TE DIGO! ¡NO PODEMOS DESCARTAR A NADIE!- Si, no admitiría que confiaba en el juicio de ese estúpido demonio en ocasiones de emergencia. Pero no por eso estaba de acuerdo con el en todo, no. Aún creía que Binzuru era una basura que no debía estar en el poder. –Brandon- Fue solo cuestión de tiempo para que uno de aquellos guardias saliera de la formación y se arrodillara justo en frente de su reina a modo de atención –Alista tus armas y ponte la armadura de combate. Partiremos a hacer nuestra propia investigación. Fausto tu encárgate de mi hermana, no dejes que nadie la visite a menos que tenga identificación- El doctor a cargo se limito a asentir de manera callada a la imperiosa voz que ahora portaba la furiosa gobernante de aquel mundo.
Primero debía ir al consejo para informarles de lo que se le acababa de decir a ella y lo que tenía planeado.

-Agh, esos viejos realmente son un fastidio- Gruño en voz baja mientras su sirviente la seguía de cerca

-Eso es malo, su majestad. ¿Qué pasaría si alguno del consejo la escucha?...Bueno, no creo que puedan hacerlo aún a cinco metros de distancia- Comentó de manera distraída sin dejar de caminar a su lado. Manteniendo el arma abajo y enfundada pero nunca dejando en ningún lugar su lanza que servía para defender al reino y a quien portaba la corona.

-Brandon, necesito que vayas al gremio para revisar como se encuentra la seguridad allá. Inspecciona los lugares más inseguros y…- Se notó que le costaba trabajo decir lo demás –Si es necesario, coopera con los hombres de Binzuru en caso de que estén montando guardia.

-Entendido. ¿Puedo disponer de más guardias de la corte en caso de que el personal falte? O es necesario que estemos distribuidos equitativamente…-

-No, adelante. No me importa si son más demonios, ángeles o nosotros. Solo quiero que ese lugar este lo más seguro posible. ¿Entendido?-

-Fuerte y claro-

Ambos fueron por caminos separados para cumplir con sus respectivas tareas. Brandon se encamino de inmediato a aquella ave que les servía como transporte para el gremio, montándola de inmediato y esperando a que despegara con sus plumas escamosas y su cola de pinchos que parecían los de un dragón pequeño. No le llevo más de una hora llegar al lugar donde debía hacer la inspección, comenzando de primera cuenta con la plaza que estaba en el centro de los edificios de mármol. Deteniendose a preguntarle a uno que otro transeúnte si la seguridad era buena o si había notado algo fuera de lo común a lo que todos respondían lo mismo: No, aquí no ha pasado nada gracias al cielo.
Continuo con su exploración que lo iba guiando a lugares menos poblados, anotando mentalmente que hacía falta más vigía desde la altura y algunos que se pusieran en las entradas de la ciudad que apenas estaba siendo salvo guardada por un muro que tardaría más de un año en estar listo.

-Hay muchas aberturas..- Susurró con cierto fastidio pero sin darse por vencido en su labor, caminando a travez de esa pradera que lo llevaría a la segunda plaza que estaba siendo construida en la colina y donde su inspección daría un giro de 180 grados.

El grito ahogado de sorpresa y horror fue lo primero que llamo su atención, observando primero a la chica que había gritado y sin demora alguna, ya corría a intentar levantarla. Sin haberse dado cuenta de que había otro chico de hebras doradas que veía con el mismo horror a la estructura frente a ellos y fue entonces, fue entonces que Brandon perdió la calma y serenidad que hasta el momento había conservado.
Frente a ellos se encontraba una “estatua” que brillaba con la misma intensidad que un azulejo bien pulido, una estatua que no era de pieda si no de pieles y plumas. Una estatua que no tenía otra pintura que no fuera la sangre y una escultura…una escultura que estaba hecha con tres cuerpos.
Del lado derecho se encontraba un ángel con un ala desprendida y la otra solo sosteniéndose por un hilo de carne que ya estaba tan tiesa como el mármol; manteniendo una expresión de desesperación que había sido congelada e inmortalizada en esa horrorosa obra. Del lado izquierdo se encontraba un demonio con cuatro alas negras, cada una se veía rota y las cuencas donde debían ir sus ojos estaban vacias, parecía gritar y mantenía la misma expresión que su acompañante, pero lo que despertó el coraje ya inundado en el, fue ver aquellas hebras verde azules caer como cascada por los brazos de la pareja aterrorizada. Fue ver la expresión de Edrev con los ojos cerrados y llorando, como si le hubieran congelado ese momento de shock en donde no parecía saber que pasaba y su cuerpo..su cuerpo no estaba.

¡¿QUIÉN HABÍA OSADO HACER ESO?!

Esa era una pregunta que ya no podía hacerse esperar, aquella era una declaración de guerra.

Y no para uno o para otro, era para los tres. 

Y Brandon solo podía pensar en la ira que esa escultura iba a causar en los reyes que parecían en el borde del colapso. 

Se avecinaban días oscuros. Se avecinaba una tormenta que no sabía si iría a ser larga o corta.




lunes, 16 de marzo de 2015

Miedos congelados en el espacio


“¿Ya están todos?”
“Me parece que si”

El bullicio de la aglomerada población era lo único que se dejaba escuchar en aquella reunión de emergencia que habían convocado los reyes a cada una de sus gentes.

Los demonios en el inframundo, los ángeles en el cielo, los espíritus en el mundo que les pertenecía y el gremio escuchando lo que estos tenían que decir, todos estarían al tanto de aquella reunión donde se mostraban las figuras de los 3 mandatarios en holograma y solo los del consejo podían verlos en persona a tiempo real.

-Iré directo al grano- La mayor de los tres fue la primera en tomar la palabra, ignorando las miradas iracundas de aquellos vejestorios que seguían en la arraigada idea del secreto corrupto y los falsos avisos de una paz inexistente. –Se ha sufrido de una ola de indiscriminado crimen a la población, muchos de ustedes lo han pasado por alto o simplemente se han encontrado en la imposible situación de poder alzar la voz. El problema está aumentando al punto de que estos asesinos que siguen sueltos, están dejando de cometer crímenes de baja categoría, están subiendo de asaltos aleatorios a robos diarios, de agresión ligera a homicidio e incluso se prestan a  acciones que recaen en la repugnante deprava. Nuestro mayor problema es que sufran las consecuencias de esta vista gorda, si alguno tiene alguna información de estos delincuentes homicidas no dude en informar de inmediato o pedir ayuda, repito, NO se les debe hacer frente a ninguno de ellos. Sé que muchos de ustedes desean tomar justicia a mano propia, pero no es lo correcto. ¿Arriesgaran su vida por algo como la venganza?- Hubo más de un grito que iba en contra de aquel discurso que profanaba aquella gobernante de hebras, por supuesto que iban a haber personas en contra, nunca faltaban.

>> ¿Por qué no habían dicho nada hasta ahora?
>> ¿Cómo sabemos que no estamos más graves de lo que dicen?
>> ¿A caso podemos creer realmente en que el sistema corrupto cambie de un día para otro?
>>Ustedes nunca entenderían el dolor de perder a alguien
>> ¡Púdranse!


-Mantengan la calma- Esta vez la siguiente al habla fue la gobernante de los cielos quien se atrevía a fruncir el ceño tras haber escuchado aún más de una queja. Manteniéndose firme y dejando ese ligero escalofrío que de primera cuenta le molestaba al inicio de aquella asamblea, llenándose de esa seguridad que la situación le exigía y sin temor alguno al actuar que podría tomar el consejo. Porque sabía que podía contar con Gabriel que estaba a unos pasos y lejos de ser proyectado.  –Comprendo las razones de su descontento más no llegaremos a ningún lado si no nos centramos en dar críticas en lugar de criticar algo que fácilmente puede cambiarse a base de las acciones de cada uno. Si bien no podemos ganarnos su confianza de un día a otro, lo que estamos hablando es sobre su seguridad y el como la buscamos por sobre su credibilidad. La desconfianza es un defecto que no podemos corregirles de inmediato pero ¿Van a dejar que eso les perjudique a ustedes? A sus vecinos, amigos, familiares. No, si no pueden contar con nosotros entonces apóyense de las personas más cercanas, hagan ese esfuerzo por ellos- Palabras amables que parecían acoger las almas heridas y asustadas, eran humildes a pesar de la seguridad de su porte o la firmeza de sus propias intenciones. Delailah solo podía pensar que le parecía increíble y que se sentía orgullosa, de ese enorme paso que Alexiel había dado al arriesgarse a confrontarse con más de un mundo luego de haber pasado casi gran parte de su vida bajo un techo demasiado protector, admiraba ese lado de ella y se aguantaba las ganas de lanzarse a abrazarla con ese orgullo y cariño que le provocaba.

>> ¡ES FÁCIL DECIRLO PARA UN ESTÚPIDO ÁNGEL!

El silenció que embargó la sala fue aterrador ante el grito de un demonio que parecía sobre ponerse a la corriente, un hombre que se encontraba alzando el brazo para llamar la atención y mirando solo la figura de aquella reina que no se inmutaba a pesar del insulto

>> ¡¿CREEN QUE TODO SE ARREGLARA CON SUS MALDITAS SONRISAS QUE ATRAERAN A LOS ENEMIGOS?! ¡LO QUE NECESITAMOS ES ACCIÓN! ¡NECESITAMOS QUE ALGUIEN HAGA ALGO CONTRA ESA GENTE QUE ANDA SUELTA MATANDO SIN CONTROL!


-Jiro- Binzuru llamo a su subordinado que estaba cerca de aquel rebelde, metiéndose entre la multitud para poder sacarlo de ella y dejar que los demás demonios pudieran verlo.

-Binzuru ¿Qué demonios haces?- Delailah frunció el ceño al ver que Jiro estaba poniendo contra el suelo al revoltoso y sacaba un cuchillo de mano para prenderle fuego a la hoja. –Binzuru no lo hagas, estamos hablando de paz-




-Hay algo que deben aprender, y es que las cosas no funcionan igual en los mundos que gobernamos- Le soltó con frialdad aquel albino que le dio la señal a Jiro para que procediera a bajar la hoja al rojo vivo y por sobre los gritos cortara aquella lengua desagradable. Lanzándola directo a dos perros que estaban cerca de allí e ignorando al hombre que se tapaba la boca mientras lloriqueaba. -En el inframundo manejamos la desobediencia diferente...la desobediencia y la sublevación- Y Binzuru no pudo evitar dejarle un ligero tono de advertencia, una de que no volviera a cuestionar sus acciones o intentar decirle que hacer.

-….- Alexiel intentaba mantener la calma ante la acción que acababa de ordenar aquel demonio que podía ser tan amable con ella como despiadado con cualquiera. Calmandose tras unos segundos y recuperando la compostura al ver que Gabriel se alteraba más, pudo recomponerse fácilmente al recordar que probablemente toda su gente se sentía de esa manera y era algo que deseaba evitar. Ella quería ser aquel pilar que sostuviera a su pueblo, el escudo que los protegiera y los brazos que los acogiera, y para eso, debía ser fuerte. Nunca sería suficiente.

Las quejas que habían estado surgiendo contra ellos se detuvieron al tener como foco de odio al demonio que ahora los veía con la misma frialdad. Pasando del odio a los nervios y algunos cayendo en el miedo de que fueran a ser los siguientes.


-¿Otro que quiera decir algo en contra?- Con cinismo, Binzuru le hablo a su gente que parecía menos conmocionada por su forma de manejar las cosas y la cual se limitó a cruzarse de brazos para escuchar en total atención. –Bien, pueden continuar- Comentó aún algo irritado de que fueran interrumpidos de esa forma, escuchando que Jiro tenía algo que decirle y poniendo los ojos en blanco al seguir en vivo –Les dejo el resto a ustedes, parece ser que surgió algo- Pero Binzuru no tenía ni idea de qué tipo de noticia era la que su sirviente tenía para él.

Los avisos continuaron en su ausencia, dejando de lado los conflictos sociales que generaba el hecho de tener que calmar a la gente sin contarles el factor de haber sufrido más de una baja y que Whën se encontraba internada tras una lesión desconocida que parecía alentar su corazón cada dos horas y no la dejaba despertar. Porque no podían estar contando sus penurias a toda esa gente que podían estar en contra o a favor de ellos.

Quizá eso era lo único que podían hacer en ese momento, no confiar demasiado en cualquiera.

-¿Qué quieres Jiro? Habla rápido que debo regresar a la asamblea- Lo apuro mientras buscaba uno de sus habanos que le servían para calmar un poco su ira y saborear ese amargo toque que dejaba en su lengua. Notando que era raro ver a su sirviente con esa expresión de incomodidad que parecía no dejarlo hablar de manera ordenada. –Directo al grano

-..Es Tsubasa

Bien, eso era suficiente para llamar la atención del rey demonio que parecía querer escupir su cigarro para darle su total atención.

-¿Qué?

-….Am...Hace unos minutos rompió fuentes

-Maldita sea Jiro, haberlo dicho antes- Y no tardo en ponerse en marcha para ver a su esposa. Podían considerarlo un mal gobernante pero le valía una reverenda hectárea de mierda, su pareja estaba dando a luz y no iba a perderse eso por nada del mundo -¡Vigila en mi ausencia!- Le ordenó sin detenerse a regresar la mirada a donde estaba el rubio algo confundido pero iguala aceptaba sin rechistar aquella orden que se le había dado.

Entre confusiones, contradicciones y amenazas; ninguno se daba cuenta de que había una pareja en problemas, de que un ángel y un demonio que se refugiaban en la seguridad de su hogar, eran los próximos blancos para una morbosa obra de arte.


sábado, 10 de enero de 2015

Una trampa, una herida, un enfrentamiento y una muerte. Tercera parte

Esto tiene que ser una broma”

Los enemigos continuaban siendo tres, si bien su “caballero” no amenguaba en fuerza, ella no tenía la misma energía para mantenerlo por tanto tiempo en ese lugar.

Invocando al caballero, teniendo su báculo y protegiéndose de aquellas bolas de fuego que uno de los demonios mandaba contra ella..Era más energía de la que había usado en los últimos años, ni siquiera cuando se encontró con su hermana tuvo que esforzarse tanto.
Uno a cada lado, ignorando al que se encontraba detrás de ella por la simple razón de que la armadura se encargaría de cubrir su espalda debidamente. Whën ya se concentraba en concentrar su ataque de manera en que pudiera dejarles inconscientes, listos para algún interrogatorio que su hermana permitiera

-Oh kres…hace mucho que no utilizó esto- Una sonrisa nerviosa y llena de adrenalina cruzó los labios de la castaña que ya se quitaba el collar que solía portar la mayoría del tiempo. No debía temer de ser interrumpida en aquella barrera temporal que servía como espejo a los ataques que le intentasen golpear.
El collar significaba atadura, límites y control. Solo debía cuidar el hecho de no sobre pasarse al haberlo dejado a un lado.

“Mantenlos vivos, mantenlos vivos, mantenlos vivos”  Se decía a si misma ante la corriente de Plush que iba de un lado a otro como una carretera a toda velocidad.

(El plush: Unidad con la que se suele llamar a la energía, iniciativa de mi queridísima y adorada partner y nombrada por ambas <3 esta patentada )

-¡LAIRY!- Gritó para calmar esos nervios y aflojar su cuerpo al momento de poner ambas palmas sobre el suelo, dejando que enormes picos de cristal brotaran del suelo a modo de domo y les encerraran a los 5. Formando prisiones demasiado concurridas a cada lado de ellos y siendo demasiado imprudente al haber quitado su barrera.

Evito concentrarse en la herida que tenía su hombro ante aquel descuido, ignoro que sus huesos le estaban comenzando a doler por la repentina exigencia de energía que había presentado. Ignoraba aquel agobiante aire que se le escapaba ante el oxigeno que parecía ser más pesado con cada suspiro.

-Al menos estan vivos..- Sonrió con jubilo ante los vanos esfuerzos que aplicaban los 3 reos contra el cristal –Es imposible~ esta cosa es “I-rrom-pi-ble”- No se contuvo de presumir ante los pobres perdedores que la habían hecho sudar e incluso, sangrar.  –Fuego, metal y tierra…que lo hayan hecho de forma tan a la par…- Decidió no indagar más en sus deducciones, ese no era su trabajo.

-Ahora, solo tengo que ir a ver que pasa con los demás-  Dejo que la punta de sus dedos rozaran contra el frío metal de aquella armadura que usaba la sangre como motor. Dándole permiso a retirarse y poder mantener el flujo de plush de forma estable.

>>Objetivo fijo, Pi-five (P-5), dispara.

-…-  Un dolor inmenso abarcó el pecho de la castaña que se había quedado inmóvil en su lugar, observando, con horror, que tenía una flecha destellante saliendo de su pecho. Intento girar, consiguiendo solo ver de reojo a una ángel de enormes alas y orbes vacíos. Lo que siguió fueron gritos de dolor de los que antes fueron capturados, sensaciones cosquilleantes sobre sus adormiladas extremidades y luego, nada.


Todo se volvió negro.


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Lentamente la noche parecía absorber todo lo que les rodeaba y la nieve que caía en forma de copos alentaba los pasos que ambas daban en cada movimiento por esquivar o atacar a los enemigos que tenían frente a ellas.
Karen tenía ventaja al poder controlar el hielo, dejando que pistas de este fino material fueran la base para que Edrev patinara con sus pesuñas sobre el suelo y tumbara a los que blandían su espada contra ellas.
El más grande partió el hielo, dándole la oportunidad de saltar y llegar a donde estaba su cabeza, clavando su lanza directo al pecho del monstro que siguió moviéndose a pesar de la herida que sufrió por parte de la peli verde.

─No importa cuántas veces les ataquemos, siguen moviéndose

Karen bloqueaba las agujas que la mujer le lanzaba cada que se centraban demasiado en sus enemigos, dejándolas la nula opción de centrarse solo en los grandotes que les estorbaban el paso y se estaban convirtiendo en un verdadero dolor en el trasero.
Evaluaba la situación, los ataques inútiles que ellas lanzaban contra los demonios que parecían no sufrir a pesar de que les daban justo en donde su corazón se encontraba, la mujer que parecía tener un As bajo la manga que se negaba a mostrar y la falta de tiempo que tenían.


Moriré si continuo aquí”  

Esa oración atravesó su mente y el miedo natural que la muerte causaba a un individuo fue lo que congelo sus piernas que ahora la habían situado un poco lejos del campo de batalla. Observando de lejos como la lanza de Edrev bloqueaba una de las hachas que tenía el sujeto que tenía pinta de ogro y aguantaba lo que era un peso descomunal.

No importa cuánto ataquemos, ellos no van a morir”

─ ¡Karen! ¡Congélalo!

“No importa cuántas veces lo congelemos, ellos lo rompen...”

─ ¡KAREN! ¡RAPIDO!

“Solo vamos a morir para nada. Tampoco es como si fuéramos gente importante”

─¡¡KAREN!!

Una sonrisa burlona se formo ante el miedo que se reflejaban en los ojos de aquella espíritu que no parecía ser tonta
─Cuando acaben con ella, persigan a la rubia.

─¡¡¡KAREEN!!! ─ Edrev gritó al ver que su compañera le daba la espalda y daba media vuelta para salir de aquel lugar a la máxima velocidad que le permitían sus pies.

“NO QUIERO MORIR EN UN LUGAR ASÍ”


Las agujas atravesaron la yugular de una traicionada joven que tuvo sus palabras trabadas en su garganta. Usando sus últimas fuerzas para huir también, no tan rápido como ella y siendo alcanzada por uno de los hombres que la tumbo directo al suelo; obligándola a ponerse boca arriba y ver como esa enorme hoja afilada era levantada por encima del hombro de su enemigo y el cielo era manchado por esas enormes nubes negras que avisaban la llegada de una tormenta.

─..Su alteza... ─ Las lagrimas se le escaparón al recordar la sonrisa maternal de Kyou cuando la recibió por primera vez con los brazos abiertos. Era cierto, cuando uno estaba frente a la muerte; los recuerdos más importantes saltaban en menos de un segundo y te dejaban una horrible sensación amarga en la garganta al saber que esa arma iba a terminar con cualquier posibilidad de crear más recuerdos como aquellos.

─Mamá...- Soltó con una voz ahogada que reflejaba el miedo que le provocaba la hoja cayendo sobre ella, el frío que azotaba con su rostro como si fuera a quemarle, los dedos que se cernían sobre su garganta y en menos de dos segundos todo desapareció y solo quedó la mancha carmesí de la sangre manchando la nieve que una vez fue de un hermoso color puro.

─ ¡Muy bien! Déjala así, yo me encargare de limpiar la sangre y hacer más limpio el corte. Vayan por la rubia, será parte de mi colección. ─ Sonrió emocionada mientras su cuchillo cortaba de manera limpia aquella piel que iba separando lentamente e iba guardando en un congelador fácil de esconder y transportar.


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La nieve era el único testigo que apreciaba aquellas manchas de sangre que lentamente amenguaban con la belleza de aquel inhóspito lugar que era el escenario de aquel ataque que sufría el que ahora intentaba quitar la navaja que Orgen había clavado sobre su muslo y removía con violencia con el único propósito de incrementar el dolor que recorría cada uno de sus nervios.

─….─ El de hebras oscuras no dejaba de apretar la herida que había causado en su agresor, alcanzando a dejar que una sonrisa invadiera ese impertérrito rostro.
Levanto su arma para acabar de una vez con aquella sonrisa burlona que el asesino le estaba dirigiendo, como si todavía tuviera el valor o decencia de poder burlarse a pesar de la posición en la que se encontraba en ese momento.

─Orgen.

Su mano fue detenida por unos dedos ajenos al enemigo que tenía en frente. Dejando de prestar atención a sus instintos asesinos que habían amenazado con despertar de nuevo y dirigir su mirada a la que ahora le veía de manera fulminante.

─Tienes mucho que explicar. Por ahora baja el arma y pon las manos detrás de tu espalda.


─Pero.. ─ Volteó a señalar al enemigo que aun reposaba debajo de sus manos y no pudo evitar sorprenderse al ver que no estaba la figura que juro haber sostenido y atacado, en lugar de eso, se encontró con un Kei asustado que sostenía la espada con la que bloqueo todos sus ataques anteriores e intentaba apartar su mano del arma que había atravesado su muslo.

“¿Una ilusión? ¿Desde cuando?” No le quedó de otra más que obedecer las palabras de su reina que ya avanzaba con indicaciones a que le esposaran y que curaran al exorcista que reposaba en el suelo. Adelantandose para poder encontrar a los demás que estaban siendo atacados en diferentes puntos y darles su respectiva indicación.


Todos creyeron que se habían encaminado a un día nublado, no al inicio de una terrible tormenta.

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Es un enemigo del que puedo encargarme yo solo”

─¡¿Qué paso con lo que habías dicho antes de que esto pasara?! ─ Exigió saber el lobo que ahora esquivaba de manera veloz aquellas enormes piedras que el gigante lanzaba en contra de ellos. Era todo un problema que tuviera varios brazos, no dejaba muchos puntos libres a golpe limpio. ─Whën fue muy clara en decir que no intentáramos trabajar solos─ Le regaño casi enojándose por la risa que soltaba el que poseía aquellos cuernos de toro.

─Tienes razón, lo siento, la verdad me emocione. Hace mucho que no tengo una pelea que realmente valga la pena como esta. ¿Tienes algo en mente?

Podían hablar en cada momento en que cruzaran su camino al esquivar las molestas piedras, reuniéndose en un punto por tan solo 5 segundos antes de que la piedra golpeara contra el suelo y les diera unos cuantos raspones por la tardía respuesta en esquivarlo.

─Tú podrías encargarte de sus brazos y yo adelantarme a atacar su rostro─ Argumento el lobo que estaba de más mal humor por la sonrisa tan relajada y confiada que tenía el mayor. Sabía que podía ser fuerte pero igual le molestaba la sobre carga de confianza cuando solían mostrarla.


─Me parece bien. ¿A la cuenta de tres?....TRES

Casi grito del fastidio al ver que no estaba tomándose en serio aquella situación, en serio,  ¿Con él tenía que formar equipo?

Espero de forma paciente a que Seth pudiera crear una debilidad, una oportunidad en la cual pudiera atacar de forma inmediata, al rostro de aquel gigante monstruoso que no paraba de lanzar ataques en su contra. Esperando ese momento justo que llego pocos segundos después de que Seth fuera hacía el enemigo y dándole la oportunidad perfecta para que fuera a toda velocidad a lanzar aquel fuego helado directo a sus ojos, dejando que una segunda llamarada cayera en la boca y al girar de forma brusca pudo atacar sus oídos.

Trágate eso” Pensó triunfante el lobo que sonreía mentalmente mientras esperaba que la gravedad lo llevara al suelo para poder mantener el equilibrio de nuevo. Pero algo llamo su atención, un brillo metálico que estaba en la nuca del gigante que disparo directo a su hombro y le saco un chillido animal; sin embargo, eso no afecto su recuperación de equilibrio

─¡Seth! ¡Hay una persona en la nuca del gigante! ─ Le grito mientras la caída del monstruo provocaba un ensordecedor desorden en aquel bosque decorado de arboles enormes que iban cediendo lentamente al peso ajeno que los obligaban a recostarse por completo en el suelo.
Ambos se apresuraron a ir a donde se encontraba la cabeza de su agresor, encontrándose con puro vació y restos quemados del gigante colosal que expulsaba sangre por las zonas heridas.
─¿Estas seguro?

─Estoy completamente seguro ¿Me tomas por loco? ─ Bufó molesto al tiempo que tronaba sus fauces a modo de queja por la duda que le revelaba a sus palabras. Interrumpiendo sus propias molestias al escuchar los pasos de un tercero y encontrarse con la hermana de su benefactora, bajando la cabeza de manera automática e instintiva al igual que Seth.

─Acompáñenme─ Les indico en seco y sin decir nada al respecto de su batalla o su victoria, eso solo significaba problemas para ellos. ¿No?.



Cada uno fue guiado a parte para poder llegar al punto de reunión, esperando indicaciones que eran dadas por su reina que les daba las malas noticias; del hecho de haber desobedecido, el fracaso de no poder encontrar información, la agresión a uno de los que habían estado patrullando y el tratamiento de emergencia que a Whën le habían sometido ante la herida que había sufrido. Pero lo que dejo a todos atonitos, era la perdida que habían sufrido. Sin poder preguntarle a Karen sobre lo sucedido o quien fue el culpable pues tenía una expresión de miedo en sus facciones.

¿Edrev había muerto? ¿Cómo? Pero más importante ¿Por qué se estaban provocando estas perdidas?

Kyou tenía que convocar una junta general e informar de todo eso a las ciudades, ya no era algo que pudiera mantenerse en secreto si el enemigo era lo suficientemente fuerte para dejar a su hermana en ese estado y acabar con una de sus aliadas más importantes y queridas.
No, definitivamente ya no era algo que pudiera ocultar aún si el consejo se oponía a su decisión.