viernes, 20 de marzo de 2015

Una morbosa obra de arte

-Oye Lin- Triztan terminaba de acomodar los libros que habían sacado para poder hacer los deberes que Miguel les había encomendado pero no estaba muy concentrado en su labor, había un asunto que llamaba su atención y le gritaba a que mirara a otro lado de lo que hacía.

-Ese libro no va allí- Le aconsejó con esa tranquilidad que se estaba ganando conforme su confianza crecía al estar en aquel lugar. Nunca creyó que se acostumbraría tan rápido, pero al parecer se estaba subestimando con creces. -¿Qué sucede?

-..Bueno. Tú madre es Whën ¿no?

-Yo la considero más como una tutora. La que más se comporta como madre de todos es la reina Delailah... Pero no me quejó- Se encogió de hombros mientras Triztan buscaba la forma de continuar el tema ya desviado

-Bueno… ¿Cómo está?- Lin dejo su tarea de acomodar los libros en los diferentes estantes que Koorü le había aconsejado. Dejando caer en seco su mano cansada por el trabajo y mirando a su compañero con cierta melancolía que no podía ser escondida a pesar de la seriedad que portaba

-Aún no despierta. Cuando llego me dijeron que estaba en estado grave y que era un milagro que siguiera viva, al parecer absorbió el impacto con sus cristales que utilizo como escudo, pero no pudo reaccionar tan rápido como para esquivar el ataque.

-….- Oh, quizá no había sido una buena elección de tema para conversación. Piensa Triztan, piensa en que podía poner de buen humor a aquella pelirroja que ahora intentaba entretenerse con la tapa de un libro – ¿Quieres ir a dar una vuelta por la plaza?- No, allí había mucha gente y a Lin le estresaba –Es decir al bosque...- No, allí no había nadie y podía verse sospechoso. Oh rayos ¿Por qué era tan malo en pensar rápido?

-En realidad quería ver la nueva fuente que están construyendo en la plaza de la colina.- Pero Lin no podía culparlo de intentar distraerse, le daba algo de gracia la forma en que el rubio intentaba enmendar sus errores pero no creía que fuera algo del otro mundo por lo que debiera estresarse. –Iré por mis cosas. ¿Vas?

-¡Por supuesto!- Salvado, por el ingenio femenino.




-¿Aún no encuentran al culpable?- Delailah frunció el ceño al escuchar las malas noticias que le proporcionaban, pensando que era por incompetencia, pero intentando calmarse al ver que estaba asustando a sus subordinados -¿Qué tienen hasta ahora?- Bien, al menos necesitaba algo, algo que la distrajera de todas esas trabas que se le estaban metiendo a los tres y que no parecían dar tregua o seña a amenguar.

-Sí, tenemos a 34 sospechosos su majestad- El soldado se pensó dos veces el seguir hablando al notar que su reina se crispaba ante la cifra y que ni así, tenían a un culpable -…Muchos de ellos afirman ser los que cometieron la agresión, pero nos hemos topado con algunos principiantes que simplemente se regodean de esas fechorías para resaltar e intentar armar una revolución. La mayoría no son más que un puñado de gente que está en contra del proyecto interracial e intentan alzar la voz a través de estos actos vandálicos, tales como: robo, asalto a mano armada, desordenes en lugares públicos e incluso daño a propiedad de algunos miembros del consejo-

-Por las propiedades no te molestes. Quiero que se centren en aquellos “principiantes” que se muestren más burlones pero que den menos detalles-

-¿Por qué? Si me permite opinar su majestad, no vale la pena perder nuestro tiempo en ellos-

Por un momento a la reina de los espíritus le dio un tic nervioso de solo recordar las palabras de Binzuru:

“Debe haber gente arrogante entre los agresores. Gente que se atreva a venir en primera fila a ver lo que sus acciones provocan pero que se rían en tu cara sin que te des cuenta”

-…¡SOLO HAZ LO QUE TE DIGO! ¡NO PODEMOS DESCARTAR A NADIE!- Si, no admitiría que confiaba en el juicio de ese estúpido demonio en ocasiones de emergencia. Pero no por eso estaba de acuerdo con el en todo, no. Aún creía que Binzuru era una basura que no debía estar en el poder. –Brandon- Fue solo cuestión de tiempo para que uno de aquellos guardias saliera de la formación y se arrodillara justo en frente de su reina a modo de atención –Alista tus armas y ponte la armadura de combate. Partiremos a hacer nuestra propia investigación. Fausto tu encárgate de mi hermana, no dejes que nadie la visite a menos que tenga identificación- El doctor a cargo se limito a asentir de manera callada a la imperiosa voz que ahora portaba la furiosa gobernante de aquel mundo.
Primero debía ir al consejo para informarles de lo que se le acababa de decir a ella y lo que tenía planeado.

-Agh, esos viejos realmente son un fastidio- Gruño en voz baja mientras su sirviente la seguía de cerca

-Eso es malo, su majestad. ¿Qué pasaría si alguno del consejo la escucha?...Bueno, no creo que puedan hacerlo aún a cinco metros de distancia- Comentó de manera distraída sin dejar de caminar a su lado. Manteniendo el arma abajo y enfundada pero nunca dejando en ningún lugar su lanza que servía para defender al reino y a quien portaba la corona.

-Brandon, necesito que vayas al gremio para revisar como se encuentra la seguridad allá. Inspecciona los lugares más inseguros y…- Se notó que le costaba trabajo decir lo demás –Si es necesario, coopera con los hombres de Binzuru en caso de que estén montando guardia.

-Entendido. ¿Puedo disponer de más guardias de la corte en caso de que el personal falte? O es necesario que estemos distribuidos equitativamente…-

-No, adelante. No me importa si son más demonios, ángeles o nosotros. Solo quiero que ese lugar este lo más seguro posible. ¿Entendido?-

-Fuerte y claro-

Ambos fueron por caminos separados para cumplir con sus respectivas tareas. Brandon se encamino de inmediato a aquella ave que les servía como transporte para el gremio, montándola de inmediato y esperando a que despegara con sus plumas escamosas y su cola de pinchos que parecían los de un dragón pequeño. No le llevo más de una hora llegar al lugar donde debía hacer la inspección, comenzando de primera cuenta con la plaza que estaba en el centro de los edificios de mármol. Deteniendose a preguntarle a uno que otro transeúnte si la seguridad era buena o si había notado algo fuera de lo común a lo que todos respondían lo mismo: No, aquí no ha pasado nada gracias al cielo.
Continuo con su exploración que lo iba guiando a lugares menos poblados, anotando mentalmente que hacía falta más vigía desde la altura y algunos que se pusieran en las entradas de la ciudad que apenas estaba siendo salvo guardada por un muro que tardaría más de un año en estar listo.

-Hay muchas aberturas..- Susurró con cierto fastidio pero sin darse por vencido en su labor, caminando a travez de esa pradera que lo llevaría a la segunda plaza que estaba siendo construida en la colina y donde su inspección daría un giro de 180 grados.

El grito ahogado de sorpresa y horror fue lo primero que llamo su atención, observando primero a la chica que había gritado y sin demora alguna, ya corría a intentar levantarla. Sin haberse dado cuenta de que había otro chico de hebras doradas que veía con el mismo horror a la estructura frente a ellos y fue entonces, fue entonces que Brandon perdió la calma y serenidad que hasta el momento había conservado.
Frente a ellos se encontraba una “estatua” que brillaba con la misma intensidad que un azulejo bien pulido, una estatua que no era de pieda si no de pieles y plumas. Una estatua que no tenía otra pintura que no fuera la sangre y una escultura…una escultura que estaba hecha con tres cuerpos.
Del lado derecho se encontraba un ángel con un ala desprendida y la otra solo sosteniéndose por un hilo de carne que ya estaba tan tiesa como el mármol; manteniendo una expresión de desesperación que había sido congelada e inmortalizada en esa horrorosa obra. Del lado izquierdo se encontraba un demonio con cuatro alas negras, cada una se veía rota y las cuencas donde debían ir sus ojos estaban vacias, parecía gritar y mantenía la misma expresión que su acompañante, pero lo que despertó el coraje ya inundado en el, fue ver aquellas hebras verde azules caer como cascada por los brazos de la pareja aterrorizada. Fue ver la expresión de Edrev con los ojos cerrados y llorando, como si le hubieran congelado ese momento de shock en donde no parecía saber que pasaba y su cuerpo..su cuerpo no estaba.

¡¿QUIÉN HABÍA OSADO HACER ESO?!

Esa era una pregunta que ya no podía hacerse esperar, aquella era una declaración de guerra.

Y no para uno o para otro, era para los tres. 

Y Brandon solo podía pensar en la ira que esa escultura iba a causar en los reyes que parecían en el borde del colapso. 

Se avecinaban días oscuros. Se avecinaba una tormenta que no sabía si iría a ser larga o corta.




lunes, 16 de marzo de 2015

Miedos congelados en el espacio


“¿Ya están todos?”
“Me parece que si”

El bullicio de la aglomerada población era lo único que se dejaba escuchar en aquella reunión de emergencia que habían convocado los reyes a cada una de sus gentes.

Los demonios en el inframundo, los ángeles en el cielo, los espíritus en el mundo que les pertenecía y el gremio escuchando lo que estos tenían que decir, todos estarían al tanto de aquella reunión donde se mostraban las figuras de los 3 mandatarios en holograma y solo los del consejo podían verlos en persona a tiempo real.

-Iré directo al grano- La mayor de los tres fue la primera en tomar la palabra, ignorando las miradas iracundas de aquellos vejestorios que seguían en la arraigada idea del secreto corrupto y los falsos avisos de una paz inexistente. –Se ha sufrido de una ola de indiscriminado crimen a la población, muchos de ustedes lo han pasado por alto o simplemente se han encontrado en la imposible situación de poder alzar la voz. El problema está aumentando al punto de que estos asesinos que siguen sueltos, están dejando de cometer crímenes de baja categoría, están subiendo de asaltos aleatorios a robos diarios, de agresión ligera a homicidio e incluso se prestan a  acciones que recaen en la repugnante deprava. Nuestro mayor problema es que sufran las consecuencias de esta vista gorda, si alguno tiene alguna información de estos delincuentes homicidas no dude en informar de inmediato o pedir ayuda, repito, NO se les debe hacer frente a ninguno de ellos. Sé que muchos de ustedes desean tomar justicia a mano propia, pero no es lo correcto. ¿Arriesgaran su vida por algo como la venganza?- Hubo más de un grito que iba en contra de aquel discurso que profanaba aquella gobernante de hebras, por supuesto que iban a haber personas en contra, nunca faltaban.

>> ¿Por qué no habían dicho nada hasta ahora?
>> ¿Cómo sabemos que no estamos más graves de lo que dicen?
>> ¿A caso podemos creer realmente en que el sistema corrupto cambie de un día para otro?
>>Ustedes nunca entenderían el dolor de perder a alguien
>> ¡Púdranse!


-Mantengan la calma- Esta vez la siguiente al habla fue la gobernante de los cielos quien se atrevía a fruncir el ceño tras haber escuchado aún más de una queja. Manteniéndose firme y dejando ese ligero escalofrío que de primera cuenta le molestaba al inicio de aquella asamblea, llenándose de esa seguridad que la situación le exigía y sin temor alguno al actuar que podría tomar el consejo. Porque sabía que podía contar con Gabriel que estaba a unos pasos y lejos de ser proyectado.  –Comprendo las razones de su descontento más no llegaremos a ningún lado si no nos centramos en dar críticas en lugar de criticar algo que fácilmente puede cambiarse a base de las acciones de cada uno. Si bien no podemos ganarnos su confianza de un día a otro, lo que estamos hablando es sobre su seguridad y el como la buscamos por sobre su credibilidad. La desconfianza es un defecto que no podemos corregirles de inmediato pero ¿Van a dejar que eso les perjudique a ustedes? A sus vecinos, amigos, familiares. No, si no pueden contar con nosotros entonces apóyense de las personas más cercanas, hagan ese esfuerzo por ellos- Palabras amables que parecían acoger las almas heridas y asustadas, eran humildes a pesar de la seguridad de su porte o la firmeza de sus propias intenciones. Delailah solo podía pensar que le parecía increíble y que se sentía orgullosa, de ese enorme paso que Alexiel había dado al arriesgarse a confrontarse con más de un mundo luego de haber pasado casi gran parte de su vida bajo un techo demasiado protector, admiraba ese lado de ella y se aguantaba las ganas de lanzarse a abrazarla con ese orgullo y cariño que le provocaba.

>> ¡ES FÁCIL DECIRLO PARA UN ESTÚPIDO ÁNGEL!

El silenció que embargó la sala fue aterrador ante el grito de un demonio que parecía sobre ponerse a la corriente, un hombre que se encontraba alzando el brazo para llamar la atención y mirando solo la figura de aquella reina que no se inmutaba a pesar del insulto

>> ¡¿CREEN QUE TODO SE ARREGLARA CON SUS MALDITAS SONRISAS QUE ATRAERAN A LOS ENEMIGOS?! ¡LO QUE NECESITAMOS ES ACCIÓN! ¡NECESITAMOS QUE ALGUIEN HAGA ALGO CONTRA ESA GENTE QUE ANDA SUELTA MATANDO SIN CONTROL!


-Jiro- Binzuru llamo a su subordinado que estaba cerca de aquel rebelde, metiéndose entre la multitud para poder sacarlo de ella y dejar que los demás demonios pudieran verlo.

-Binzuru ¿Qué demonios haces?- Delailah frunció el ceño al ver que Jiro estaba poniendo contra el suelo al revoltoso y sacaba un cuchillo de mano para prenderle fuego a la hoja. –Binzuru no lo hagas, estamos hablando de paz-




-Hay algo que deben aprender, y es que las cosas no funcionan igual en los mundos que gobernamos- Le soltó con frialdad aquel albino que le dio la señal a Jiro para que procediera a bajar la hoja al rojo vivo y por sobre los gritos cortara aquella lengua desagradable. Lanzándola directo a dos perros que estaban cerca de allí e ignorando al hombre que se tapaba la boca mientras lloriqueaba. -En el inframundo manejamos la desobediencia diferente...la desobediencia y la sublevación- Y Binzuru no pudo evitar dejarle un ligero tono de advertencia, una de que no volviera a cuestionar sus acciones o intentar decirle que hacer.

-….- Alexiel intentaba mantener la calma ante la acción que acababa de ordenar aquel demonio que podía ser tan amable con ella como despiadado con cualquiera. Calmandose tras unos segundos y recuperando la compostura al ver que Gabriel se alteraba más, pudo recomponerse fácilmente al recordar que probablemente toda su gente se sentía de esa manera y era algo que deseaba evitar. Ella quería ser aquel pilar que sostuviera a su pueblo, el escudo que los protegiera y los brazos que los acogiera, y para eso, debía ser fuerte. Nunca sería suficiente.

Las quejas que habían estado surgiendo contra ellos se detuvieron al tener como foco de odio al demonio que ahora los veía con la misma frialdad. Pasando del odio a los nervios y algunos cayendo en el miedo de que fueran a ser los siguientes.


-¿Otro que quiera decir algo en contra?- Con cinismo, Binzuru le hablo a su gente que parecía menos conmocionada por su forma de manejar las cosas y la cual se limitó a cruzarse de brazos para escuchar en total atención. –Bien, pueden continuar- Comentó aún algo irritado de que fueran interrumpidos de esa forma, escuchando que Jiro tenía algo que decirle y poniendo los ojos en blanco al seguir en vivo –Les dejo el resto a ustedes, parece ser que surgió algo- Pero Binzuru no tenía ni idea de qué tipo de noticia era la que su sirviente tenía para él.

Los avisos continuaron en su ausencia, dejando de lado los conflictos sociales que generaba el hecho de tener que calmar a la gente sin contarles el factor de haber sufrido más de una baja y que Whën se encontraba internada tras una lesión desconocida que parecía alentar su corazón cada dos horas y no la dejaba despertar. Porque no podían estar contando sus penurias a toda esa gente que podían estar en contra o a favor de ellos.

Quizá eso era lo único que podían hacer en ese momento, no confiar demasiado en cualquiera.

-¿Qué quieres Jiro? Habla rápido que debo regresar a la asamblea- Lo apuro mientras buscaba uno de sus habanos que le servían para calmar un poco su ira y saborear ese amargo toque que dejaba en su lengua. Notando que era raro ver a su sirviente con esa expresión de incomodidad que parecía no dejarlo hablar de manera ordenada. –Directo al grano

-..Es Tsubasa

Bien, eso era suficiente para llamar la atención del rey demonio que parecía querer escupir su cigarro para darle su total atención.

-¿Qué?

-….Am...Hace unos minutos rompió fuentes

-Maldita sea Jiro, haberlo dicho antes- Y no tardo en ponerse en marcha para ver a su esposa. Podían considerarlo un mal gobernante pero le valía una reverenda hectárea de mierda, su pareja estaba dando a luz y no iba a perderse eso por nada del mundo -¡Vigila en mi ausencia!- Le ordenó sin detenerse a regresar la mirada a donde estaba el rubio algo confundido pero iguala aceptaba sin rechistar aquella orden que se le había dado.

Entre confusiones, contradicciones y amenazas; ninguno se daba cuenta de que había una pareja en problemas, de que un ángel y un demonio que se refugiaban en la seguridad de su hogar, eran los próximos blancos para una morbosa obra de arte.