viernes, 10 de octubre de 2014

Primeras clases

Primeros auxilios, primeros auxilios. 

Era en lo único que los estudiantes tenían en la cabeza mientras arrastraban sus pies al aula. A diferencia de Combate (ya abreviada por los alumnos), primeros auxilios se daba en el aula, lo cual era perfecto para sus cuerpos agotados que lloraban por sólo recibir al menos un poco de descanso y evitar cualquier movimiento innecesario. 

-Se tardaron mucho en subir ¿Estuvo pesada la clase?- Miguel no era arrogante como Gabriel o hablador como Raphael, el simplemente decía lo que clasificaba como prudente y agradable, sin querer incomodar al mismo tiempo que responsable de todo lo que fuera a hacer o decir. 

-No tiene idea..- 

Paso sus ojos amielados por toda el aula que parecía más un comedor con gradas que un salón de clases normal. 

-Bueno, si les tranquiliza saberlo, en mi clase veremos teoría y práctica. En ese orden. Hoy voy a enseñarles las diferentes características de plantas medicinales comunes, unas que pueden encontrarse en cualquier sitio y tienen usos comunes como dolor de estómago, cabeza...o Contracturas musculares- Sabía que era lo que necesitaban y bien, el prefería darle gusto a los alumnos con el conocimiento que quisieran adquirir. De esa forma sería más sencillo que prestarán atención y la clase fuese amena. 

Paso las siguientes dos horas mostrándoles ejemplos, pasándoles ejemplares para que notarán las características con más detalle al ver textura, tallo, etc. 

Cuando faltaban quince minutos les dio pase libre a poder irse a casa para descansar pero ellos en lugar de aceptar la oferta, se quedaron, vitoreando por "minutos de preguntas al profe" en donde al parecer, las reglas era que Miguel no podía preguntar, responde con sinceridad y no dejar ninguna sin respuesta. 

-Bueno, hicieron todo bien y estuvieron con bien comportamiento...Claro, acepto si prometen hacerlo en orden- 

En seguida parecieron organizarse con miradas que eran dignas de compararse con mafiosos. Provocándole al arcángel cierto nivel de arrepentimiento. 

-¿tienes novia?- 

-La tengo-

-¿Cuál es tu hobbie?- 

-Jardinería-

-¿Como llegaste a ser arcángel?- 

-Con mucho trabajo duro-

-¿Tienes algo en contra de trabajar aquí?- 

-Nope, la verdad me gusta la práctica de enseñar. Me deja una sensación refrescante el sabe que aporto algo a las futuras generaciones-

-¿Te llevas bien con Jiro?- 

-No he tenido la oportunidad de hablar bien con el. Pero se ve que es buena persona-

"No creanos. Es un espartano" 

-Entonces..-

Hubo silencio roto por murmullos y cuchicheos, pensando bien en su pregunta antes de poder regresar a la actividad. 

-¿Desde cuando conoce a Raphael?- 

-Desde que entramos a la escuela..Cuando tenía unos..19 o 22, no recuerdo- 

-¿Y a Gabriel?- 

-Desde que éramos niños-

Aquello sorprendió a la mayoría pues muchos pensaron que Gabriel era uno de los más recientes entre los arcángeles y no sabían aquel pequeño dato curioso. 

-¿Como eran antes?- 

-¿Raphael y Gabriel?- muchos asintieron, curiosos y expectantes de lo que fuera a decir. -Raphael era el que siempre nos regañaba. Serio, frívolo y antisocial. Seguía las reglas al pie de la letra sin importar a quien se llevara por eso. Gabriel era más relajado, le gustaba disfrutar las bellezas de la vida y a veces se llegaba a saltar el trabajo para conseguir libros para su reina- 

Un silencio incómodo abarco el aula ante la insólita verdad que dejo casi pálidos a todos. ¿Así eran? No podía ser.. O si? 

-¿Porque cambiaron tanto entonces? Porque bueno..-

-Hemos visto que Gabriel es muy..-

-Es muy cuadrado- Comento sin pena el arcángel que ya se apoyaba en la pizarra para encontrar la forma de explicarles aquel gran cambio. -Nosotros tres éramos diferentes en aquellos tiempos cuando la guerra no estallaba..Son cosas que cambia a la gente. Raphael no pudo seguir siguiendo órdenes al reconocer que mataba a inocentes, Gabriel perdió a alguien muy importante para el en ese entonces y dejo de ver las cosas de forma relajada.- Suspiro mientras se encogía de hombros y miraba la hora. -Vaya, parece que nos quedamos más de lo acordado. Recuerden descansar bien, no creo que Jiro les deje tranquilos tan fácil.-

-¡P-Profesor!- 

Asomó su cabeza para responder la última pregunta que venía de una angelita que lo siguió afuera del salón. 

-Usted dijo que todos perdieron algo..¿Y usted? Usted que perdió?- 

-...- Sonrió de forma madura, mostrando aquellas facciones que te deja mal sabor de boca por la forma en que parecía triste pero no lo demostraba. -Me perdí a mi mismo.- 

Aquella fue la última pregunta que respondería y probablemente, no volvería a dejar que hicieran aquella pequeña sesión aún cuando fue divertida. 

Hay cosas que uno simplemente, no quiere ni mencionarlas. 

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